Román apunta a volver contra Belgrano. Este semestre tendrá tiempos especiales para poder jugar lo máximo posible.
Riquelme es un distinto. Se supo desde que asomó en Primera con 18 años en el lomo y la espalda lista para conducir a Boca. Se confirmó cuando contribuyó a convertir al equipo en un gigante a nivel mundial. Se aceptó cuando comenzó a recibir trato diferencial en cuestiones internas del club. Y el 2014 no será la excepción, ya que tendrá un plan de trabajo especial para poder jugar lo máximo que su físico le permita.
67 días después del desgarro que “lo rompió” contra All Boys, su preparación ya no apunta al debut contra Newell’s. El cuerpo técnico entiende que la intensidad que propone el equipo rosarino podría resultar perjudicial y por eso la intención es que esté presente en la segunda fecha contra Belgrano, que será el domingo 16, en la Bombonera y a puertas cerradas. Descartado del clásico en Mendoza, sigue con su preparación especial. En los pasillos del Complejo Pedro Pompilio todos elogian su pretemporada, aunque hayan sido pocos los trabajos que compartió con el resto del grupo. Es decir: hizo una preparación excelente, pero a su manera (puntualizada en la exigencia física). Y, a partir de los antecedentes inmediatos, también cambiará la forma de recuperación luego de las exigencias fuertes. Al ser sus tiempos diferentes al resto, se le dará un período de descanso especial. ¿Un ejemplo? Al haber completado el sábado una hora de fútbol contra Defensores de Belgrano, ayer no realizó la práctica formal. En cambio, se dedicó a fortalecer el aductor en el gimnasio. Está mejor de la sobrecarga y hoy podría volver a salir al campo.
“El asunto es que cuando salga al campo de juego tenga la posibilidad de estar bien físicamente”, explicó Bianchi en su última conferencia de prensa, dando por descontado que la parte futbolística permanece intacta. El esquema, armado especialmente para que disminuyan sus responsabilidades defensivas, necesita un conductor. Y en el semestre en el que se jugará la continuidad, en gran parte depende de él que el equipo pueda mostrar una cara diferente.
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