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Luciano Acosta

Written By Charles Francis on miércoles, 12 de marzo de 2014 | 10:14

En medio de un vestuario explotado, hay un petisito que crece día a día. Y eso que en diciembre Estuvo por irse porque no lo ponían. Olé te cuenta la lucha de un chico que no tenía contrato y hoy es figura... Vení ya que va a viajar para jugar contra River y no tiene contrato... Fue una mañana de enero. El chico volvió a su casa en Lugano y entró en voz baja. Sin sonrisa de más, sin algarabía, sin señales distintas. “Me puso de titular”, tiró sobre la mesa, unas semanas después de que pareciera imposible salir de la Cuarta. Su papá Juan no lo podía creer. No hacía tanto que había ido a hablar para ver qué pasaba y preguntar por qué su hijo estaba estancado. “Hay que tener en cuenta que en su división no jugaba”, repite Bianchi cada vez que se lo consulta. Es que Luciano Acosta, de él se trata, apareció en el momento justo y, en menos de lo que dura el verano, pasó de estar a punto de dejar el club a entrenarse con Primera y de ahí, a jugar un superclásico, no salir más y convertirse en el jugador de la gente, en medio de un momento convulsionado. “Es todo un sueño para mí”, dice el pibe al que no se le conoce la voz. Su aparición tomó por sorpresa a todos en Boca y también a él. “A veces me venían los bajones y quería dejar”, cuenta ahora Acosta, en la entrevista con la web oficial de Boca. “Habíamos hablado con todos los que había que hablar, porque estaba en el último año de Cuarta, habían subido sus compañeros y él no daba el salto, había quedado relegado y sin contrato. Pero un día me llamó uno de los vicepresidentes para firmar y se dio todo muy rápido”, agrega su representante, Adrián Ruocco. Es por esa rapidez de las cosas que tanto la dirigencia como el cuerpo técnico, sus compañeros más grandes y su entorno hacen mucho para protegerlo. Orion fue el primero que se le acercó para contenerlo. El Burrito Martínez le dio consejos antes de su primer superclásico. Y Gigliotti le habló en cada jugada. “Es tranquilo y muy profesional, vive para el fútbol”, coinciden los que lo conocen muy bien. A Boca llegó en la última categoría de Infantiles pero se incorporó recién en Novena, después de un año en Comunicaciones. A los ocho años había arrancado en Miraflores, después estuvo cinco años en Estrada de Almagro, donde lo dirigía su papá Juan. “¡Jugaba mucho mejor en baby! Contra Parque, contra River… Les decían los Carasucias, porque eran muy atrevidos y no los podían parar”, recuerda Juan. Cuando Estrada se disolvió, pasó al baby de Corvalán y ahí lo vio Ramón Maddoni, histórico caza talentos de Parque y de las Infantiles de Boca. “Una de las primeras veces que lo enfrentamos nos ganaron, hacía mucho que no veía a un pibe jugar así en contra de Parque”, repasa Maddoni. “Compensaba su físico con velocidad y fuerza, era movedizo, no lo podían cazar”, cuenta un viejo colaborador de las juveniles xeneizes. Su altura no es un detalle menor. No bien se acercó a Ruocco, también representante de Tevez, lo llevaron a la misma nutricionista que iba Carlitos. “No va a crecer ni un centímetro más”, les confirmaron. Así y todo, lo que le falta en centímetros lo supo poner en picardía y atrevimiento. “Trato de aprovechar otras cosas que no me dio la estatura. Cuando la doctora me dijo que no iba a crecer más, dejé de medirme y de pensar en eso, y me dediqué a lo mío. Trato de aprovechar otras cosas y voy al gimnasio para ponerme bien físicamente”, dice el propio Acosta. Hijo de Juan y Sara, con tres hermanos varones y dos mujeres, Luciano heredó el físico de su papá, quien hoy se dedica a la miel, y logró enfocarse en el fútbol como no pudo su hermano Maximiliano. “En ese momento las cosas estaban complicadas, los nenes eran chiquitos y no lo pudimos acompañar. Y las Inferiores tampoco eran lo que son hoy. Pero Maxi era un superfenómeno. Jugó en la Reserva de River, en Ferro y en Quilmes, pero no pudo seguir”, dice Juan. Y agrega: “A Luciano lo pudimos seguir a todos lados y tuvo el apoyo de la familia”. Avisan que hay un hermano menor que la rompe en el barrio y pronto le va a seguir los pasos… La sorpresa, justamente, es que no siempre había sido titular en las Inferiores, en primer momento porque tenía adelante a Leandro Paredes, en otro porque se quedaba afuera por el físico. “Era bajito y jugaba en un puesto complicado. Después, como mediapunta, empezó a jugar más seguido”, explica Ruocco. “Cuando no jugaba, era siempre el primer cambio. Paredes era el 10 y él, segundo punta. Su puesto no es enganche”, informa alguien que conoce a la perfección el Mundo Juvenil. Y recuerda los tiempos de Luciano en Inferiores: “Su único pecado era ser morfón, quería empezar y terminar las jugadas. Pero a veces las terminaba, jaja”. Los últimos años, en Quinta y Cuarta, sí tuvo más continuidad. Todavía recuerdan en Boca un golazo a River en Núñez y la roja en el PT del último Súper en Cuarta, por saltar y chocar al rival en el aire. “Siempre fue protagonista con River. Hacía un golazo o lo echaban, ja”. Pero, entre su físico y alguna lesión, su salto vino con demora. “Veía que subían todos y él no, quería pedir el pase, pero lo convencieron de que siguiera. Fuimos a ver qué pasaba, había sido goleador de Quinta y nos parecía injusto que siguiera ahí”, cuenta el padre. A poco del reclamo, subió a Reserva, jugó un partido, otro fue al banco y el 3 de enero llegó la sorpresa. “Me sacan de Reserva y me mandan a Primera”, le dijo a su papá. Y unas semanas más tarde, el debut en el superclásico de Mar del Plata. “Nervios siempre hay. Estás jugando en Boca, el club más grande del mundo. El día previo a jugar con River me levantaba a cada rato. No lo podía creer, llamaba a mis viejos para ver si era verdad o no”, rememora el Enano, como le dicen. La primera camiseta, cuando jugó con el 10 de Boca y de Román, fue para su papá. La del torneo, con el 17, para su hermano Maxi. Firmó con Boca, firmó con Nike. Dejó atrás el viático de 1.000 pesos y le hicieron un nuevo contrato, pero sigue con su autito sencillo, con unos cuantos años encima. “Fue repentino, no lo podés creer”, agrega el padre, con razón. Porque su hijo Luciano fue titular en el verano, salió para el arranque del torneo, le hizo un gol a Belgrano, reapareció de entrada en Rafaela, Bianchi no lo sacó más, fue el mejor socio de Riquelme en su regreso ante Olimpo y también la figura de la cancha. Lo hicieron descansar ante Racing, pero entró y tuvo una participación decisiva. “Quiere siempre la pelota, no tiene miedo con lo chiquitito que es. Es aguerrido, corajudo, le pega muy bien a la pelota. Es un jugador interesante que puede darle otra vivacidad a nuestro juego ofensivo”, elogió el Virrey. En dos de sus cuatro partidos como titular, en la encuesta que hace Boca a través de su sitio oficial, fue elegido como el mejor jugador. Con Tevez, uno de sus ídolos además de Riquelme y Messi, mantiene una relación a través de su representante. Cada vez que Carlitos viene al país y tiene partido con amigos o con el equipo de Daniel Scioli, lo lleva. “Carlos siempre quiere que juegue con él”, reconoce Ruocco. “De las cuatro veces que fueron a La Ñata, ganaron tres y empataron una”, agrega. “Carlos me habla, me manda saludos de allá”, dice Luciano. Y completa: “Es un sueño jugar con Román. Me aconseja, es un maestro, siempre me alienta. Nunca imaginé jugar al lado del mejor”. El silencio mediático, por ahora, es su otro sello. De Casa Amarilla vuelve a Lugano, donde vive con su familia. No sale, juega a la Play o comparte la tarde con los hermanos. “No piensa en otra cosa que en el fútbol”, dice el padre. “Es súperprofesional”, completa Ruocco. “Todavía no hice nada, cuando haga algo voy a hablar”, le dice a sus amigos, aunque también hay mucho de timidez. En la calle ya siente lo que es jugar en Boca, lo paran, le piden fotos y autógrafos, que no da sin antes ponerse colorado.

"Muy buen partido"

Written By Charles Francis on lunes, 10 de marzo de 2014 | 3:50

Bianchi resaltó "la concentración durante los 95 minutos", dijo que la "vivictoria fue justa" y se encargó de destacar a Gago: "El que sabe jugar al fútbol, a la larga termina jugando, hace tiempo que él no tenía este placer".

Carlos Bianchi habló como después de cada partido. Se mostró de buen humor por esta segunda victoria después de mucho y este triunfo de visitante que no conseguía desde hacía siete partidos. Dijo convencido, para cerrar el domingo, que "al equipo lo vi bien y lo importante es que hicimos un muy buen partido. Jugaron bien y mejoraron. La victoria de Olimpo nos dio tranquilidad y el de Racing fue de una alta exigencia. Vamos a descansar". Fue puro elogio para sus jugadores, pese al penal zonzo del Cata Díaz: "Es importante esto porque fue de visitante. Y que a uno le empaten puede quedarse a conservar el empate, que no es lo que hicimos. Me gustó la concentración los 95 minutos, estuvieron concentrados demostrando que querían esa victoria. Es una segunda victoria consecutiva, nada más que eso, estamos baastante claros en las ideas".
Elogió mucho a Gago, aquien venía pidiéndole más incluso con charlas personales: "Fernando hizo un muy buen partido. Es como le dije, que el que sabe jugar bien al fútbol a lo larga termina jugando. Hacía tiempo que él mismo no tenía el placer de jugar de esta manera en una cancha difícil, rápida". Y a diferencia de Merlo, que dijo que merecieron más, el Virrey dejó en claro que "pienso que es justa la victoria en el total del partido, hemos jugado mejor. Más en el PT pienso, el haber marcador arriba era justificado. En el segundo nos complicaron bastante con pelotas áreas. Y tras el empate llegamos al segundo gol que es una victoria lógica, tomamos más la pelota y así llegamos al 2-1".

Dolor de Perotti

Written By Charles Francis on domingo, 9 de marzo de 2014 | 19:50

Mientras entraba en calor en Avellaneda, el volante sufrió una molestia muscular y se tuvo que quedar en el banco de suplentes, totalmente desconsolado. ¿Será para preocuparse?

Situación poco habitual y, llamativa, la que se dio en el segundo tiempo entre Racing y Boca. No en el campo de juego, sino en el banco de suplentes del visitante. Es que se lo pudo apreciar a Diego Perotti tocado, dolido por lo que le sucedió mientras entraba en calor.

Haciendo los trabajos precompetitivos, el volante, refuerzo en este 2014, sintió una molestia muscular. Enseguida, acongojado, se fue a sentar al banco de suplentes con una rabia increíble. Desconsuelo, desde luego, ante esta situación.

Hay que señalar que Perotti había sufrido un desgarro a fines del año pasado en Sevilla y, como consecuencia, había buscado ponerse a punto desde su llegada al Xeneize. Contó con algunas apariciones en el primer equipo y, ahora, sufrió esta triste noticia. ¿Para cuánto tendrá?

"Necesitábamos ganar"

Tras el revuelo por la interna de Boca, Riquelme aseguró que el triunfo traerá tranquilidad: "Tenemos la ilusión de pelear el torneo hasta el final". Y no confirmó si volvería a hablar: "No pasa nada, pasa en nuestro vestuario. Vamos a ver".

Luego de una semana más que agitada para Boca, con la interna del vestuario explotando en mil pedazos, Román Riquelme habló de la importancia de serenarse a partir de los tres puntos conseguidos en el clásico con Racing: “Necesitábamos ganar, tenemos la ilusión de pelear el torneo hasta el final, hacía mucho que no ganábamos de visitante, estamos contentos, tenemos mucho por mejorar, la cosa es sumar de a tres”, dijo JR.
Román no entregó detalles sobre lo ocurrido puertas adentro, pero se pisó sólo: “No pasa nada, pasa en nuestro vestuario”. Había puesto de plazo hasta el lunes para que le presenten las pruebas que habían originado la discordia en el plantel. “No sé, ahora vamos a ver”, agregó.
Por último, Riquelme pidió poner la cabeza rápido en la próxima fecha para seguir con el envión: “Está todo muy difícil, muy parejo, vamos a ver qué pasa con Argentinos. La gente estará contenta, ganamos e intentaremos hacerlo de nuevo el fin de semana que viene”.

Racing 1 Boca 2

Tras una semana en llamas, Boca consiguió algo de paz gracias a la pobreza de Racing: 2-1

En Avellaneda, el xeneize fue más que la Academia, que sacó un punto de los dieciocho en juego; Riquelme, lejos de su mejor nivel
Boca logró ante Racing una victoria que lo oxigena, en el cierre de una semana para el olvido en lo que su intimidad se refiere.
El 2 a 1 logrado en Avellaneda pone fin a una racha de siete partidos sin lograr los tres puntos en condición de visitante. Además, por primera vez en esta tercera etapa de Carlos Bianchi al frente del equipo, logra enhebrar dos triunfos consecutivos.
El equipo xeneize dominó las acciones casi desde el arranque, ante un rival con una grave crisis futbolística. Por eso, no sorprendió que Juan Sánchez Miño abriera el marcador a los 24 minutos del primer tiempo, luego de una buena jugada colectiva.
El desarrollo favoreció al xeneize en esa primera etapa, aunque con el correr de los minutos fue retrocediendo en su campo y posibilitó el crecimiento, endeble, de la Academia.
Ya en la segunda parte, y con el ingreso de Mauro Camoranesi , Racing presionó más arriba e igualó a través de Saja, de penal, tras una falta infantil del Cata Díaz.
 
Foto: LA NACION 
En el mejor momento de los locales, Gigliotti se encontró con un regalo de la defensa racinguista y pateó. Su remate fue desviado por Saja, pero la pelota uqedó boyando en el área chica y fue Erbes el que aprovechó el regalo para sentenciar el partido.
El triunfo posiciona a Boca en el séptimo puesto, con 10 unidades y a apenas cuatro de Colón. Enfrente, Racing se mantiene en el último lugar, con escasos cuatro puntos, y apenas uno sumado de los últimos 18 en juego.
En la próxima jornada, la octava, el equipo xeneize recibirá a Argentinos, mientras que la Academia visitará a Newell´s.

El gol de Sánchez Miño

La salvada de Orion

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